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Wednesday, August 24, 2005 |
MÚSICA/ El tango “loopeado” |
Un ritmo no apto para los fundamentalistas “tangueros” que puso al género en otras situaciones musicales y lo llevó a otros espacios muy lejos de los cafetines.
Es viernes de rumba y en las discotecas suenan unos bajos tan fuertes que la vibración se siente en el pecho. El corazón quiere salirse. En medio de la oscuridad, las luces robotizadas iluminan las siluetas de las jóvenes parejas que bailan embelesadas por la música. Para sorpresa de muchos, en la etiqueta del acetato que está mezclando el Dj no dice house o tecno dice “electrotango”.
La música de sus padres y abuelos vuelve a estar de moda con la fusión de los elementos tradicionales del tango con sampler, sonidos electrónicos y beats de trip-hop. Algunas veces este ritmo es rápido, otras veces es lento.
A principio del siglo XX, las orquestas típicas de tango no querían incorporar el bandoneón, porque lo consideraban un instrumento con acento extranjero y escasamente vinculado con los ritmos criollos. Hoy, como un buen testigo de época, en los tradicionales sones del arrabal porteño, no sólo hay bandoneón sino también la influencia musical del tercer milenio.
El experimento empezó hace seis años en París de manos del grupo Gotan Project, dirigido por el argentino Eduardo Makaroff, y en la Argentina en el 2000 con Carlos Libedinsky, quien tomó como horizonte musical a Björk, Massive, Attack y Tom Waits por su cercanía con la atmósfera bucólica y oscura del baile argentino.
Sin embargo, el mundo empezaría a bailar “electrotango” con el proyecto Bajofondo Tango Club, dirigido por el conocido músico y productor Gustavo Santaolalla. Este grupo sería contratado por una gran disquera estadounidense en el 2003 y en ese mismo año ganaría el Grammy latino al mejor álbum de pop instrumental.
Desde entonces, en algún momento de la noche, en algún lugar de rumba, suenan las canciones de Bajofondo, Gotan Project, Ultratango o Tanghetto y se dispara la euforia con los éxitos de la nueva guardia. Un grupo de músicos con formación clásica que, armados de un computador, sintetizador y mesa de mezclas, pero también con bandoneón, violín contrabajo, piano, saxo, guitarra y bombo, hacen tango con una fineza interminable.
Aunque los defensores de la antigua escuela descalifican a los interpretes de este ritmo, el “electrotango” sigue teniendo éxito entre los jóvenes, porque satirizó la melancolía y cumplió el sueño argentino. El tango se adaptó a las nuevas circunstancias y no ha dejado de ser símbolo de glamour, sensualidad y elegancia.
Por CHRISTIAN PARDO Para CAMBIO
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escrito por Christian Pardo
@ 7:40 PM
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