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Friday, April 01, 2005 |
ENTRETENIMIENTO/ Las cinco estaciones de la rumba en Chapinero |
Las notas mezcladas de salsa y rock; y los beats de house, funk y electrónica llegaban hasta la estación de gasolina: sitio de encuentro y de tanqueo. Allí cuatro personas despachaban los minutos con media botella de aguardiente, que salía súbitamente del bolsillo de una chaqueta. Para ellos la rumba ya había empezado.
Para los que hasta ahora se bajaban del bus o del taxi, en la carrera séptima con calle 59 en Bogotá, el viernes empezaría en Bar23, Antifaz, In Vitro, Moncloa y Bar:be. Las cinco estaciones de rumba de este sector de Chapinero.
Quién iba a pensar que `El potrerito de don Antón´, como se le conoció en 1.800 a estas l50 hectáreas, fuera hoy 205 años después toda una zona de rumba.
Qué pensaría don Antón Hero Cepeda, conocido en su época como `El Chapinero’ porque su profesión era hacer chapines, unas sandalias que se ataban al tobillo, si viera rumbeando dentro de sus tierras a más de 600 personas. En su mayoría jóvenes y universitarios que le huyen al reggaeton y al vallenato.
¡Qué pena, don Antón, ahí perdonará la guachafita, pero venimos a rumbear, ala!
Niñas hermosísimas llegaban por todos los flancos, muy ligeras de ropa. Sin pensarlo, a las nueve de la noche la calle 59 se convertía en todo un Fashion. En ese momento me pregunté por qué había traído `leña al monte´, pudiendo aprovechar como Dios manda los beneficios de la soltería.
Entre la multitud, Bibiana Ruiz de 21 años resolvía con sus amigos el problema típico de un grupo cuando sale de rumba. “¿Adónde entramos?”. “Yo quiero bailar salsa, pero mis amigos dicen que hoy quieren electrónica”.
“Viejo, lo que me importa es que pongan buena música y que el trago no sea muy caro, porque hoy quiero `pegármela´”, dijo Camilo Barrera, mientras se quitaba la corbata. A leguas se le notaba que venía de la oficina.
Primera estación: Bar23 Según Luis Izquierdo, uno de administradores “con $10.000 pesos en el bolsillo se puede rumbear sin problema”. Este bar ha sido la plaza de grandes `toques´ de música electrónica y de rock en los últimos tiempos. “No hace mucho se presentó Richard Blair. También ha pasado por acá 1280 Almas y King Changó” asegura Izquierdo.
Por eso, para María Isabel, estudiante de antropología “la música en el 23 es de película”. Y casualmente, su nombre viene de una película alemana. Por eso, cuando Bar23 abrió sus puertas al público, hace tres años, lo hizo como un bar de música industrial, influenciado por el concepto de rumba germánica.
Segunda estación: El Antifaz A doce pasos está el pionero de la rumba en la 59. Catalogado por sus visitantes como el sitio para los que están ‘en verano´. Sus instalaciones son de fábula “hay comics pintados en las paredes y los cócteles tienen nombres chistosísimos: Caperucita con Liguero, Miénteme Pinocho y Mazinger” nos explicó Adriana Correa, estudiante de comunicación social de la Tadeo, que no paró de bailar ni siquiera para respondernos.
Según el dj de Antifaz “a las 11 de la noche la rumba está arriba”, porque además de salsa clásica, también pone ska, funk, reggae y algo de rock para la gente que viene en grupo.
Tercera estación: In Vitro Como en la variedad está el placer. Desde 1999, en la esquina de la 59 con séptima, en el segundo piso, está In Vitro. Una pecera musical que además de hospedar en sus cristales al soul, R&B, funk, también le da la bienvenida por días al latin jazz, al tango y al bolero.
“Vengo, me siento, miro la séptima, me tomo un Martini con un amigo. Ese es el plan, muy relajado al principio, pero luego todo se prende” dice Dalia Ospina, actriz de teatro.
Cuarta estación: Moncloa En seguida, también en un segundo piso, con un concepto de rumba muy particular, ambientado con una decoración minimalista está Moncloa. En honor a una estación de tren en Madrid con el mismo nombre. Todos los fines de semana asisten los que quieren prender motores desde muy temprano y acelerar las situaciones.
“Venir aquí es lo mejor. Pagando el cover no sólo puedo entrar sino que me puedo tomar todo lo que quiera de ron, whisky, vodka o ginebra” afirma Eduardo, profesor universitario. “La rumba es bárbara. Los tres djs residentes hacen bailar con la energía del house hasta al más tieso” asegura Óscar Bermúdez, quien visita Moncloa desde hace un año. Y piensa que “las siluetas femeninas son la mejor decoración del sitio”.
Quinta estación: Bar:be Pasando el semáforo está Bar:be, la mansión de los placeres de la rumba. Se pronuncia como Barbie, y cuentan sus administradores, Germán Cepeda y Mónica Téllez, que “el nombre del bar es la apología a todo lo que el Ser necesita para divertirse: gente linda, buena música, djs reconocidos, seguridad, y muy buenos precios”.
El sitio congrega a los fanáticos del funk, la electrónica, las raíces negras y la fusión. Y según afirma Alejandro Corzo, empresario de 32 años, “es un sitio muy bacano para rumbear con los amigos y, obviamente, para conocer lindas chicas.”
Aunque el nuevo `potrerito de don Antón´ es reconocido por ser el mejor sitio de rumba de la zona. Ninguno de los entrevistados conocía el por qué del nombre Chapinero. Quién se iba a imaginar que el sitio adonde va de juerga todos los fines semana con sus amigos, hace más de dos siglos, después de fundada Santa Fe, no era otra cosa que una modesta vivienda, como todas las de la época: con paredes de tapia pisada, techo de paja y piso de barro.
Conocer la historia de don Antón ‘El Chapinero´ nos hace sentir que ¡rumbear por estas tierras ala, es todo un privilegio!
Por CHRISTIAN PARDO Para EL TIEMPO
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escrito por Christian Pardo
@ 11:42 AM
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1 Comentarios: |
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Mirá, Exactamente donde queda Moncloa?.. quiero ir!!
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Mirá, Exactamente donde queda Moncloa?.. quiero ir!!